domingo, 1 de agosto de 2010

Niente paura

Niente paura…niente paura se si vede la luna perfino da qui…

Te amo y no lo niego. Es una deliberación inmediata. Te necesito y el calor del suelo me lo dice. Sólo está frío cuando no estás conmigo. Entonces me recuesto en él y sé que la grasa y el cine mudo me alegrarán por un tiempo, pero sólo por un tiempo.

Non fai piú male, devi sapere, sapi che…non fai piú male.

Estás a años luz de aquel quien eras. Eres agua que pasa, llueva o no llueva. Pero quédate ahí, estés donde estés, así estés en la puntita de la luna.

Tú sabes que nunca entendí el cine mudo, ni la grasa, ni el porvenir, mucho menos la compra de zapatos. Pero, ¿qué diantres es una compra si no es contigo? ¿Un capricho de niña bonita? Pero si el capricho no lo sabes, si no es contigo, entonces no quiero, no me gusta, no quiero.

Qué bonito tenerte cerca, quisiera tenerte cerca para poder dejar de silbar como aquel llanero solitario de los cuentos.

C’e un’altra strada, un’altra luna. C’e poco da dire bambina, solo che non mi troveresti qui…E sará un bel souvenir, una fotografia, una canzone frai denti…

Dame mi souvenir, mi recuerdito de luz, tu sonrisita de dientes o tu fotografía. Dame un cachito viejo, una camisa olorosa, cualquier cosa que sea un vestigio que me traiga ciertos momentos. Algunos, no todos, pero los de colores más bonitos, los que no tengan casi reflejos oscuros.

Podrías quedarte tarareándome una cancioncita a los oídos y me sentiría muy contenta, me haría muy feliz. Me tumbaría en la grama azul, las nubes moradas y las estrellas cobrizas me lloverían encima como fortuna tuya.

Andiamo verso il giorno dei giorni, fino a quel giorno senza piú limite. Ogni minuto é pieno, ogni minuto e meno se sono insieme a te…

Todo por hacer, y nada por dejar. Quédate como entrada, quédate como salida, pero quédate. Estás hecho para vivirte, y yo hecha para amarte. No dejes a una estrellita sin cielo aquí. No permitas que caiga de mi hogar ínfimo, un momento, un segundo, podría caer. Permanece aquí, rondando las quebradas. Porque aún queda un pedacito de magia, como un paquetito de regalo, como un principio de ironía por tener mis sentimientos más secretos prestados para ti. Sólo naufragaré los pensamientos ridículos e innecesarios para que no me dejes caer de mi aposento de maravilla.

0 comentarios:

Publicar un comentario