martes, 15 de junio de 2010

Lárgate! Esta vez sí!

Te burlaste de mi. Te reíste. Tomaste mi fotografía y la hiciste pedacitos. Te los comiste y los regurgitaste. Los tomaste entre tus manos y los lanzaste por el balcón. Por ahí me voy, por el balcón.

Pues por allí también se irá mi amor. Se me fue. Se largó por el balcón, por la puerta, por la ventana. Se esfumó haciendo piruetas y se agazapó en otra gente. En las parejitas dulces que se ven en la plaza, acurrucadas bajo un árbol o en un banco. En el viejito de las manos marchitas. En los carajitos correteando tras la pelota. O en las niñitas jugando a ser grandes.

No me importan tus excusas. Y aunque suene trillado lo repito. No me importan tus excusas. Ya no. Ya ha sido suficiente. Ya he tenido mi dosis de juego. Como el muñequito endeble de la caja de música que ya se cansó de bailar a beneplácito del idiota que le sigue dando cuerda.

Ya me cansé. No soy muñeca de nadie.

No funciono a cuerda.